Cuando tenía tres años quería ser Wonder Woman, a los seis esperaba ir a prisión y ahí dentro escribir un libro.
No necesitaba mirarlo ... por el mundo de mi irrealismo coherente y argumental eramos la historia desmelenada mas bonita que me pude inventar... en el mundo real, era de nuevo la víctima perfecta, solo después de dos copas, siempre aparecían antes de mí, una vez más yo regalaba besos suicidas .... pero cuando la presencia de su piel aparece, el miedo invertebrado enseguida me sodomiza con mi propia castidad.
Casi parece que inventamos un procedimiento para llegar a una acuerdo común ... apagar los ojos y dormir de pie es todo lo que sabemos hacer bien ... en realidad pretendo desnudar su mente, impidiendo presentar a la bestia sofisticada que me gusta prohibirle, esta escondida en el corazón tan rojo que el cronómetro de un coronel se encargo de empolvar, sospecho que la casualidad tuvo algo que ver, de otro modo tú y yo, ya habríamos hecho una guerra medieval.... lo que digan los demás esta de más.
Si puedes escucharme "Estas noches te espero mirando al sol. ¡Venga valiente, salta por la venta!".. y si tocas tres veces te daré el beneficio de la duda para que no traicione duro al subconsciente...
1..., 2..., 3, toca la pared... un rápido silencio y te digo lo que quiero.. sssh!.. un deseo súbito e intacto donde comienza el radar mientras nos quedamos con las voces petrificadas, consumiendo nicotina, una tras otra... todo sin cargo de conciencia ... sintiendo al viento brindar por los sonidos del silencio que los parlantes suelen besar.
Esthefa Real
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